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Hacia la electrificación: Volkswagen cambia su nombre en EE.UU.

La marca alemana pasará a llamarse Voltswagen en un claro mensaje de su camino hacia la electrificación. Así, busca limpiar su imagen del escándalo del dieselgate de 2015.  

Una nueva imagen, un nuevo horizonte. Con estos objetivos, Volkswagen decidió cambiar su nombre en Estados Unidos y dar, así, un ran paso en su camino a la electrificación.

Ahora, la automotriz alemana pasará a llamarse Voltswagen, para reflejar que su producción en Norteamérica estará focalizada en los vehículos eléctricos.

Además, de esta manera, la firma busca limpiar su reputación, que quedó manchada luego del escándalo de la manipulación de datos sobre las emisiones contaminantes de sus motores diésel, conocido como dieselgate.

Volkswagen apuesta a su ID4 para mejorar su imagen en Estados Unidos.

La compañía publicó brevemente, tal vez por error, un comunicado en su sitio web el lunes temprano anunciando el cambio de nombre. Un reportero de USA Today se percató del comunicado antes de que fuera retirado. El documento estaba fechado el 29 de abril.

HACIA LA ELECTRIFICACIÓN

Cabe destacar, que Volkswagen, o Voltswagen, está en plena campaña de su SUV 100% eléctrico ID.4 En Estados Unidos, donde ya toman reservas de aquellos que quieran adquirirlo.

Este comunicado señalaba, además, que la decisión estaría acompañada del anuncio de una inversión futura de la compañía para el desarrollo de vehículos eléctricos.

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Pero en su camino a la electrificación, se aclaró que la marca pondrá su nueva denominación únicamente en los vehículos 0 emisiones.

Los vehículos eléctricos llevarán un distintivo exterior con el nombre “Voltswagen”, en tanto que el resto de la gama seguirán utilizando el logo VW y el nombre tradicional.

ESCANDALO

Como sea, esto intenta también limpiar la imagen de Volkswagen, que quedó tan deteriorada en Estados Unidos En 2015 las autoridades estadounidenses descubrieron que la automotriz manipulaba los datos sobre las emisiones contaminantes de sus motores diésel. Los vehículos activaban los controles de contaminación durante las pruebas de la Agencia de Protección Ambiental, pero los apagaban durante su uso en las calles.

Volkswagen se declaró culpable en 2017 y accedió a pagar 4.300 millones de dólares en sanciones civiles y penales, así como miles de millones de dólares más para recomprar los autos.

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