El diseñador de Renault aseguró, en una entrevista con la revista MiuraMag, que los próximos modelos que llegarán al mercado argentino serán exclusivamente de la firma del rombo y dejarán la línea Dacia.
Renault es una de las marcas que tiene (o tenía) buena imagen para el mundo automotriz. La duda comenzó a surgir en la última década donde la firma del rombo decidió cambiar la estrategia de ventas y empezó a comercializar modelos con diseño y plataforma de Dacia, la empresa rumana que forma parte del grupo francés. ¿Cuál fue el resultado? De esta manera consiguió mejorar sus ventas con autos pensados para mercados emergentes con una estética dudosa y un equipamiento acotado.
A pesar de que los números fueron favorables en esa “nueva” estrategia parece que Renault tiene pensado cambiarla (por lo menos en diseño). Laurens van den Acker, que se hizo cargo de la estética del automotriz francesa en 2009, realizó una entrevista con la revista MiuraMag donde aseguró que los próximos vehículos de la marca en Argentina serán totalmente desarrollados con el objetivo que tengan el rombo como insignia.
Dacia, diseño, una nueva marca de lujo y… sus zapatillas extravagantes. Todos estos temas abarcó la extensa entrevista que realizó Renato Tarditti, Diseñador industrial (UBA) y director de MiuraMag, en la visita de Laurens van der Acker al Salón de Buenos Aires. Acá te mostramos algunos fragmentos de este excelente reportaje. Para leer la nota completa hay que comprar la revista: MiuraMag

Van der Acker aseguró que los próximos modelos de Renault en Argentina serán creados para ser “Renault”.
Foto: Google
MiuraMag: ¿Qué es lo que mirás en un auto para juzgar si es “buen diseño”?
Van der Acker: Es una muy buena pregunta para hacerse… Pienso que para mí un gran auto es en esencia como conocer a una persona muy agradable. Cuando ves a la persona desde lejos, lo que ves es su silueta; luego te acercás y entonces podés ver la ropa, las líneas y la expresión de su rostro… Y luego le estrechás la mano, lo mirás a los ojos y eventualmente le das un abrazo. Entonces, cuando veo un auto, primero miro las proporciones; luego las distintas formas y las superficies; y al final observo los detalles. Y es muy-muy importante que esas tres etapas de conocer –tanto a una persona como a un auto– sean un pequeño descubrimiento de algo nuevo e interesante. Y al final, creo que un gran auto desde el punto de vista del diseño es uno al que te querés subir y que te dan ganas de manejar. Muy a menudo nos olvidamos de esto último, pero un verdadero buen auto debería “atraerte” a subir y querer empezar a manejar, en un nivel muy emocional.
M: Ese proceso de percepción de las formas –las proporciones, por ejemplo– ¿es algo más intuitivo, o se puede explicar racionalmente?
V: Pienso que es más bien intuitivo porque cuando lo que busco es “belleza”, si siento que el auto no me seduce, ya perdiste la primera etapa que describía antes. Y si el auto no te “invita” a subir, no tendrá la oportunidad de mostrarte la riqueza que hay detrás… entonces pienso que la belleza es algo muy importante. Pero también tiene que haber sustancia detrás de la belleza, porque vos “vivís” con el auto. Vuelvo a la analogía: es la misma diferencia que entre una noche de pasión y un matrimonio. Tenés que poder “convivir” con el auto, y esa es la experiencia realmente valorable. Los autos tienen carácter; yo suelo usar cualidades humanas para describirlos, porque son el único producto –considero– para el cual empleamos elementos humanos para su descripción. Decimos que el auto tiene una “cara”, “cintura”, “hombros”… pero también puede ser “aburrido”, “temperamental”… No sucede lo mismo con los muebles, los teléfonos, las fotocopiadoras; solo a las casas, en algunos casos, les asignamos esos atributos. Entonces, pienso que esa es la magia de los autos. Y volviendo a la pregunta, todo el proceso de percepción de un auto es una mezcla de cuestiones intuitivas y racionales, como con una persona.
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M: ¿Podés ilustrarlo con un ejemplo, llevado a las formas concretas?
V: Sí. Un auto tiene que seducir, porque somos franceses. La gente ama la forma en la que en Francia se come, la cultura, el amor… Entonces las formas sensuales salen de jugar con la luz, con muchas profundidades, que generan bellos reflejos, y a eso llamamos superficies “cálidas y sensuales”. Luego agregamos colores vibrantes a esas superficies: el rojo del Clio, el naranja de la Captur, el amarillo miel para la nueva Scénic… incluso en el nuevo Kwid usamos colores cálidos para traducir este sentimiento que queremos. Si al lado ponemos un Skoda, un Volkswagen o un Audi, podrás ver el contraste, ya que ellos apelan a la precisión, a la tensión, a cierta frialdad en las formas y los colores. Y eso no está bien ni mal, solo es diferente. Y ese es mi trabajo: hacer que nuestros autos luzcan diferentes y atractivos, de acuerdo a lo que Renault quiere expresar.

El DeZir Concept fue el precusor de la última línea de diseño.
Foto: Renault
M: Volviendo a la discusión sobre diseño en general, mucha gente dice que actualmente “todos los autos son iguales”…
V: Bueno, para empezar, yo no pienso que todos los autos luzcan iguales. Creo, de hecho, que nunca tuvimos tantas posibilidades de elección como ahora, comparado con tiempos pasados en los que todos los autos eran negros y muy parecidos entre sí, casi imposibles de diferenciar. Si vas hacia atrás y mirás imágenes de los autos de los 40’s y 50’s, son todos casi iguales entre sí. Ahora tenés autos pequeños que son lujosos, grandes autos que son económicos, SUV’s, Crossovers, MPVs, camionetas… Lo que sí es cierto es que para un segmento dado, tenés determinados códigos; si ves un Golf o un Peugeot 308 o un Mégane, vas a encontrar siluetas muy similares, por ejemplo. Y una vez que esos códigos están establecidos, es bastante difícil salirse porque es ir en contra del gusto general.
M: Estamos en Argentina y estás consciente de que aquí los Renault últimamente son Dacias con un rombo en la frente. Eso hace que Renault no tenga la misma imagen que solía tener en el pasado, más aún en un país que es muy entusiasta por los autos. ¿Eso te preocupa?
V: Bueno, en esencia necesitábamos ofrecer nuevos productos, en mercados con una capacidad adquisitiva menor que la de los países europeos. Entonces, las plataformas que utilizamos fueron las Dacia, que ofrecían un buen balance entre costo, practicidad y seguridad. Pero desde la perspectiva del valor de marca no es algo que quisiera continuar, porque fue una oportunidad de corto plazo, pero a largo plazo no es bueno para la marca. La próxima generación, ya lo verán, va a ser completamente “Renault”. Ya pasamos esta etapa, y estamos muy agradecidos a estos autos, porque nos permitieron permanecer en el mercado, pero Kwid es el primer ejemplo de un auto completamente concebido como Renault; nunca lo pensamos como Dacia, entonces este es un vehículo que realmente está concebido desde los cimientos como Renault. Captur es otro modelo –desde el punto de vista del diseño– 100% Renault, como podés apreciar, y pienso que todos los automóviles de aquí en más seguirán esta línea. Pero insisto: fue una etapa que debimos pasar.
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M: ¿Tenés injerencia en el diseño de Dacia también?
V: Sí, soy el responsable de diseño de todo el Grupo, lo que incluye Renault, Dacia y Alpine.

El Trezor Concept que se presentó en París 2016 muestra la estética de los próximos modelos.
Foto: Renault
M: ¿Cuánto de su pasado y de su background en otras compañías como Mazda está puesto en Renault?
V: Espero que mucho, porque todo lo previo lo hice con mucha pasión y emoción. Mi trabajo ahora es inspirar a los diseñadores, como antes lo hicieron conmigo.
M: En estas épocas de globalización, ¿todavía podemos hablar de un french factor?
V: Yo creo que todavía existe. El diseño francés aún es la idea de un concepto fuerte, autos como el Scénic o el Espace que son la ejecución de un concepto, que solo los franceses podrían haber pensado. Y también opino que un auto como el Kwid es muy “francés”, porque tiene –para mí– la misma genética que un Renault 4. Es un auto muy simple, muy práctico y muy espacioso por dentro, pero a la vez muy lindo y aspiracional. Pienso que Zoe es un vehículo muy francés porque es innovador y ambicioso. Entonces, para mí el diseño francés se expresa a través de conceptos poderosos, osados… la voluntad de hacer algo diferente. Ahora, ¿si es “necesario”?… Lo que yo trato de hacer en nuestra gama es definir un muy buen balance entre autos que tienen que hacer “bien los deberes”, y de tanto en tanto probamos con algo nuevo. Para mí es como una cartera de inversiones: ponés una buena parte de tu dinero en inversiones seguras, defensivamente, y a veces tomás algunos riesgos. Eso sería cuando lo hacemos a la francesa, lo que hace las cosas más interesantes. Así que la respuesta es que, no solo existe, sino que es muy necesario.

El Kwid es una muestra de que los modelos de Renault serán fabricados para Renault.
Foto: Renault
M: Un tema que está resultando problemático para los constructores franceses es la alta gama. ¿Hay espacio en el mercado para autos de lujo franceses, o autos de lujo de Renault para ser más precisos?
V: Sí, es una gran frustración para nosotros que el mercado de lujo esté tan concentrado en manos de los alemanes. Y es una paradoja, porque los franceses tienen una enorme industria de productos de lujo. Pero para ser una marca de alta gama no es cuestión de un solo modelo; toda la gama tiene que apuntar hacia ese lado, y eso representa una gigantesca inversión en tiempo, esfuerzo –y dinero por supuesto–, y requiere mucha consistencia. Necesitás ser coherente con eso durante 20 o 30 años. Esto ha sido un desafío en el pasado para las compañías francesas, porque les gusta cambiar sobre la marcha (risas). Entonces, es un proceso que tiene que comenzar con mucha disciplina, mucha inversión y una visión muy clara. Opino que los franceses son capaces de hacerlo, no hay ninguna razón para pensar que son menos talentosos que sus competidores, pero de nuevo: se requiere un fuerte compromiso. Personalmente me parece que en ese sentido estamos haciendo un muy buen trabajo en Renault, mirando hacia arriba. Realmente espero que si seguimos por este camino un par de años más, tal vez un día estemos trabajando en una marca de lujo.
M: ¿Se refiere específicamente a Renault, a una submarca, o a una nueva marca dentro del Grupo?
V: Quiero aclarar que estamos hablando hipotéticamente (risas). Si querés avanzar seriamente en hacer autos de lujo, tenés que generar una nueva marca.
M: La última: ¿qué onda con las zapatillas?
V: (risas) Bueno, nada muy particular, simplemente me gustan. Lo cierto es que cuando estaba en Japón, un día me miré en un espejo con mi traje y mis zapatos, y me vi demasiado parecido a mi padre (risas). Así que a partir de ese entonces decidí añadirle un toque personal a mi estilo.