Autos

Día de la Mujer: Bertha Benz, pionera del mundo motor

La esposa del ingeniero que patentó el primer auto fue quien hizo el primer viaje de la historia y logró así un fuerte impacto que cambiaría la forma de movilidad para siempre.

Las mujeres siempre han tenido que luchar para hacerse valer en un mundo comandado, mayormente, por hombres. A través de los siglos supieron enfrentarse a las dificultades que se le presentaron simplemente, o complejamente, sólo por el hecho de haber nacido como una niña.

Pero en la historia hubo personas que rompieron moldes, atravesaron fronteras y escribieron, con esfuerzo y valentía, su nombre a fuego y marcaron de esa forma el camino para muchas otras.

En el mundo motor alguien que fue clave para el desarrollo de los automóviles como como concepto de movilidad. Ella fue Bertha Ringer, quien luego pasaría a la historia con su apellido de casada: Benz.

Bertha Benz
Bertha Benz financió con parte de su fortuna la invención del primer auto.

Si bien nació en el seno de una familia adinerada de Pforzheim (Alemania) el 3 de mayo de 1849, Bertha nunca quiso sentarse a ver cómo la vida le pasaba por delante, sino que quiso ser protagonista de ella.

Cuando en 1872 se casó con el ingeniero Carl Benz no lo dejó solo en la invención del automóvil y utilizó parte de su fortuna para financiar la nueva empresa de fabricación de máquinas industriales Benz & Cie. En este negocio, en 1885, Carl terminó su primer carruaje a motor; obtuvo la patente alemana Benz Patent-Motorwagen en noviembre de 1886. Era un automóvil de tres ruedas con un motor de tracción trasera.

Mercedes-Benz recreó el viaje de Bertha con este corto.

Pero el proyecto no había logrado el impacto esperado. Fue así que Bertha decidió demostrar que el invento de su esposo era de tal magnitud que quedaría en la historia, sin pensar que sería, ella también, la que perduraría a través de los siglos.

Más en Minuto Motor: El primer auto cumplió 134 años

A principios de agosto de 1888, y sin que su marido lo supiera, Bertha iajar a ver a su madre en el vehículo que el ingeniero había patentado. Eran 106 kilómetros que separaban las ciudades de Mannheim hasta Pforzheim.

De esta manera, Bertha fue la primera persona en conducir un automóvil durante una distancia larga. Llevaba a sus dos hijos consigo y el periplo no fue sencillo.

Bertha partió al amanecer del 5 de agosto de 1888, pero el carburador del Benz Patent-Motorwagen tenía un suministro de menos de 5 litros de combustible. Así que la esposa del ingeniero necesitaba encontrar ligroína, el disolvente de petróleo imprescindible para el funcionamiento del automóvil. Una farmacia de la ciudad de Wiesloch le proporcionó el líquido para poder continuar su viaje.

Monumento a Bertha Benz en Wiesloch, ciudad donde realizó una parada técnica para
comprar combustible en una farmacia.

Bertha Benz conocía profundamente el funcionamiento del Benz Patent-Motorwagen. El automóvil utilizaba un sistema de termosifón para enfriar el motor; por lo que ella paraba en cada fuente que encontraba en el camino para añadir agua fresca y refrigerar el mecanismo del vehículo. Una de sus pinzas para el pelo la ayudó a reparar una avería en el sistema de ignición, recompuso un cable eléctrico pelado usando una de sus ligas, un alfiler de su sombrero la ayudó a desatascar una tubería de combustible que se había obstruido… En su trayecto, una cadena de transmisión se rompió; esta vez tuvo que pedir la ayuda de un herrero para repararla.

Así era el Motorwagen, el vehículo con el que la esposa del ingeniero recorrió más de 100 kilómetros de ida y 100 de vuelta en el primer viaje de larga distancia.

En el camino desde su casa a casa de su madre, Bertha debía subir y bajar cuestas. El motor no tenía suficiente potencia; así que sus hijos Eugen y Richard (de 15 y 13 años) tuvieron que empujar el automóvil en algunas pendientes que tenían que superar. Tras todas estas peripecias, Bertha y sus hijos llegaron a Pforzheim al anochecer de ese 5 de agosto. Fue un largo día de esfuerzos para demostrar que aquel automóvil funcionaba. Tras enviar un telegrama a su marido, Bertha permaneció durante tres días en casa de su madre y regresó a Mannheim conduciendo de nuevo el Benz Patent-Motorwagen.

Más en Minuto Motor: Historia: el Volkswagen 1.500 policromático

Aquel viaje no pasó desapercibido. Además de la publicidad conseguida, los Benz realizaron varias mejoras gracias a las sugerencias de Bertha tras sus experiencias durante el viaje. Entre otras, Bertha propuso la inclusión de un engranaje accesorio para subir cuestas o la incorporación de unos forros de cuero (unas ‘pastillas de freno’) para mejorar la potencia de frenado. Piloto, mecánica, madre, esposa, pionera… valiente. Bertha Benz le demostró al mundo entero que no solo el invento de su esposo era algo fantástico, sino que las mujeres, sin importar la época, eran y son capaces de vencer cualquier obstáculo.

Murió el 5 de mayo de 1944, sin antes dejar de escribir su nombre en la historia grande del mundo motor.

Deja un comentario